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Entrevista con Cristian Ton, autor de Papeles públicos

Entrevista: Cristian Ton
Libro: Papeles públicos

1- ¿Cuánto tiempo tardaste en escribir la novela? ¿Cómo fue el proceso de elaboración?

En realidad, la novela se escribió prácticamente sola. Yo tenía alrededor de veintidós años y garabateaba continuamente acerca de ciertas ideas. Llegó un momento en el cual intuí que poseía material como para elaborar una novela. Así fue como empecé a organizar los papeles y surgió la obra. Tengo una poderosa tendencia a parodiar todo, especialmente mi vida. Disfruté mucho escribiendo la novela. Era una forma de darle sentido a tantas perplejidades de ese entonces.
2- Hay un gran trabajo de construcción de personajes, marcado sobre todo en la esencia del personaje principal ¿Cómo fuiste desarrollando sus características? ¿Hay un trabajo puramente ficcional ahí?

Lo cierto es que todo es ficción, desde el momento en que lo único que importa es el libro. Para la construcción de los personajes no me basé tanto en personas, más bien en situaciones reales. La escritura era una forma de comprender situaciones, sucesos, acontecimientos. El personaje principal, evidentemente, posee muchas características mías, pero podría decirse que en todo caso es una parodia de mí. Las relaciones entre la ficción y la realidad siempre son complejas. De alguna manera, todo termina en el libro, que es lo más importante para el escritor.

3- ¿Escribís todos los días? ¿Lo tomás como una necesidad?

Escribir es para mí una necesidad vital. No puedo concebir la vida sin esa actividad. De la misma manera, no puedo estar sin leer. Empecé a escribir desde muy chico y estoy seguro de que siempre lo voy a hacer. Es una forma de buscar respuestas, de encontrar el sentido de las cosas, de crear belleza. La literatura, indudablemente, hace que la vida sea más tolerable. Por otra parte, la escritura es algo que disfruto muchísimo. Intento escribir todos los días, pero no siempre me alcanza el tiempo. Esto me provoca una ansiedad insoportable. Me encantaría tener más tiempo libre para escribir.

4- ¿Sos de rescribir, corregir mucho? ¿Cuándo considerás que un trabajo tuyo está listo para ser publicado? ¿Se lo das para leer a otros colegas?

Es muy difícil determinar cuándo un trabajo está listo para ser publicado. Se dice que publicamos para dejar de corregir. Personalmente, reescribo mucho y corrijo bastante. Pero sólo cuando considero que lo escrito tiene algún valor. No comparto demasiado lo que hago. No por vanidad, sino porque intento ser muy autocrítico. Soy muy severo cuando tengo que juzgar lo que escribo. Además, no tengo mucho contacto con colegas. Concibo la escritura como una actividad solitaria, íntima, de mucha cavilación. Es raro eso en nuestro país, donde todo el mundo debe estar pendiente de lo que hacen sus colegas; donde la literatura tiene una finalidad tan social o terapéutica. En mi caso, escribir es algo sumamente personal. Necesito mi tiempo para la elaboración de la obra y la comparto sólo cuando considero que tiene cierto valor. Estoy más cerca de colegas muertos que de los vivos…

5- ¿Tenés algún escritor particular al cual admires o que te sea de guía?  Si es así, ¿Cuál?

Son muchos los escritores que admiro y que son mis maestros. Demasiados. Pero especialmente Borges. Cuando lo descubrí, en la adolescencia, todo un universo literario se abrió ante mí. Soy aficionado a la lectura desde la niñez y cuando descubrí Borges, descubrí una nueva forma de entender la literatura. Todos los escritores que admiro son mis maestros. Son tantos que no podría mencionarlos a todos. Entre ellos, Shakespeare, Henry James, Flaubert, Conrad, Victor Hugo, Kafka, Swift, Silvina Ocampo, León Bloy, Balzac, Bioy Casares, Voltaire, Cortázar, Thomas de Quincey. Soy fanático de la literatura española del Siglo de Oro, también de la literatura antigua greco-latina. En algún momento, frecuenté excesivamente a Joyce, Faulkner, Virginia Woolf, Beckett, Celine. También están los poetas amigos, especialmente en la literatura inglesa y en la literatura francesa. Finalmente, leo muchísima filosofía. Grandes enseñanzas he recibido de Schopenhauer, de Nietzsche, de Hume, de los antiguos. No podría nombrar a todos mis maestros. Son demasiados.

6- ¿Nos mencionás 5 autores que consideres como grandes referentes de la literatura?

Sería injusto si nombrara sólo cinco. Dentro de la literatura antigua están Homero, Virgilio, los trágicos griegos, Ovidio, Propercio. En la literatura inglesa, obviamente Shakespeare. Pero hay tantos referentes que volvemos al tema de la imposibilidad de acotar. En la literatura francesa, es ineludible la importancia de Flaubert, por ejemplo. En español, no podemos descartar a Cervantes, a Quevedo, a Góngora, a Fray Luis de León. En fin, creo que si debo hablar de referentes, me inclino hacia los clásicos. Son clásicos porque siempre nos están marcando, de algún modo, el camino a seguir.

7- ¿Crees en la inspiración?

Sí, creo en la inspiración. Aunque también creo en el talento y, obviamente, en el esfuerzo. Una obra valiosa es fruto de mucho trabajo. No sólo de la escritura, sino también de todo lo que ese escritor ha leído y ha vivido. Creo en la inspiración, pero también creo que la buena literatura es producto de la literatura. No se puede ser escritor sin haber leído.

8 – ¿Al escribir, pensás en el lector?

De algún modo, siempre estamos pensando en el lector. Cuando escribo, tal vez pienso en el tipo de libro que me gustaría leer. Incuestionablemente,  siempre estamos pendientes del efecto que producirá lo que se está escribiendo.

9- ¿Estás escribiendo algo nuevo que tengas ganas de contarnos?
En este momento estoy escribiendo una novela acerca de la vieja dicotomía civilización y barbarie, sin necesariamente seguir las convenciones habituales en este tema. Es una novela satírica y trata un poco acerca de la enajenación en las grandes ciudades. Además, constantemente ando escribiendo poesía o cuentos. No puedo estar sin escribir. Me encantaría tener más tiempo disponible para la escritura.

¡Muchas gracias, Cristian!