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Entrevista a Alejandro Baides (Manuel Ignacio Quiles), autor de Yo héroe de mí

Entrevista: Alejandro Baides
Libro:  Yo héroe de mí

1-    ¿Cuánto tiempo tardaste en escribir la novela? ¿Cómo fue el proceso de construcción?

La verdad es que la escribí durante bastante tiempo, digamos un año o dos, porque no pensaba o no tenía en mente el publicarla. La fui escribiendo a pedazos, exactamente como está estructurada: retazos que fueron formando los capítulos de los que consta el libro. Entonces para mí fue igual que para el lector que lo compra sin conocerme: una saga, una aventura que se va desplegando y que no sabemos adónde lleva, como el movimiento de la vida misma. La idea inicial que me inspiró fue una imagen triple donde yo cruzaba
la frontera de Argentina y Brasil: una, cuando me exilé, la otra cuando volvía 25 años después, totalmente cambiado,  y por fin, cuando crucé la frontera idiomática y cultural, dos años después de llegar, experiencia totalmente consciente. Pero las experiencias claves que me motivaron a hacer un libro más complejo fueron las regresiones a vidas pasadas, dos con respiración holotrópica, y varias inducidas a través de técnicas específicas para ello, esas sí con un poder transformador formidable. ¡ Y tengo material para escribir 2 ó 3 libros más, si quisiera!2-    Sabemos que tu trabajo se trata de una autobiografía, ¿Cuánto hay de ficción en ella, y cuánto de realidad?

Toda biografía es una novela, como bien dice Unamuno y tantos otros escritores: uno va escogiendo tramos, escenas, etapas, y las va cosiendo de manera significativa pero totalmente subjetiva, exagerando aquí o allá, dramatizando algunas vivencias, focalizando algunos detalles, olvidando o dejando de lado tantas otras partes… Puedo decir que  todo lo que está escrito es verdadero, pero esa verdad es una verdad para mí, no una historia cronológica objetiva que se puede confrontar con registros históricos: le di a leer a un amigo, 30 años después, los tramos brasileros de los que hablo en la novela, y no reconoció ninguna historia compartida, como si yo estuviera hablando de hechos que él nunca vivió. La “ficción no inventada” es todavía más cuando entran en escena vidas pasadas, totalmente imposibles de comprobar. Respecto a ellas, la vivencia original de las regresiones son flashes, escenas estáticas con muy pocos datos visuales y objetivos, completamente emocionales, por lo que todo detalle sensorial e histórico fue creado a la hora de escribir. Pero eso, a mi ver, no le resta “veracidad”: es intuición pura…

3-    ¿Escribís todos los días? ¿Lo tomás como una necesidad?

Soy un escritor nato: si no escribo novelas, escribo cuentos, poesías, ensayos, artículos, libros de astrología psicológica o de auto-ayuda. Cuando comienzo un proyecto, cualquiera que sea, sí, lo hago todos los días, porque es un placer enorme, uno de los mayores que yo conozco, me siento como tomado por la idea, la imagen, el personaje o el objetivo, entonces hay que hacerlo, es “eso” o “ello” que habla por mí. Por supuesto que hay etapas en que no sale agua de la fuente, fases en que no escribo nada,  pero es como el tramo en un desierto: pronto va a llegar el oasis con un arroyo corriendo, nunca me quedé perdido por mucho tiempo en la sequía.

4-    ¿Sos de rescribir, corregir mucho? ¿Cuándo considerás que un trabajo tuyo está listo para ser publicado? ¿Se lo das para leer a otros colegas?

Increíblemente no corrijo mucho, los textos salen para la publicación casi, casi como fueron escritos; tengo un cierto problema para la puntuación, uso muchas comas y oraciones larguísimas, por lo que algunos amigos más ligados a la escritura siempre me dan su parecer en este sentido y acabo corrigiendo el largo de frases y párrafos. Por supuesto que la lectura de amigos es esencial para un primer feed-back, pero amigos que representan el público en general: necesito saber cómo se lee, cómo cae, cómo se siente, y ciertas observaciones de algunos de ellos las llevo en cuenta, detalles gruesos que no percibo si no es por los ojos de los otros. Considero que un trabajo está listo cuando siento que ya no me queda nada adentro, no tengo nada más para decir, algo así como un regurgitar o verter todo lo que quería contar o compartir, casi como una sensación física de vacío…

5-    ¿Tenés algún escritor particular al cuál admires o que te sea de guía?  Si es así, ¿Cuál?

Primero fue Cortázar y sus cuentos maravillosos, esa mezcla de realidad y ficción me fascinó cuando joven, y he escrito algunos cuentos que lo tienen como referencia. Por increíble que parezca, leí “Rayuela” bastante después de haber terminado “Yo Héroe de Mí”, lo que lejos de confundirme, me alegró y me confirmó: estaba escribiendo con una trama parecida a la del  maestro, y sin saberlo! Después encontré a Milan Kundera: “La Insoportable Levedad del Ser” me marcó muchísimo, fue después de leer ese libro que me propuse ser escritor. Y por fin los cuentistas brasileros, la literatura tupiniquín con su realismo, vitalidad y espirituosidad me alimentan continuamente, pero ya no es un autor determinado y sí una cultura entera.

6-    ¿Nos mencionás 5 autores que consideres como grandes referentes de la literatura?

Dostoievski, Stendhal, Flaubert, Cortázar, Clarice Lispector.

7-    ¿Crees en la inspiración?

Por supuesto, y no es que “crea” en ella, ¡la vivo! La inspiración es lo mismo que la intuición, una de las 4 funciones psíquicas principales, sólo que volcada a las artes y a la creatividad en general. Si el artista no atiende a la inspiración, ¡simplemente se enferma!… A mí me funciona a partir de una imagen, una palabra, una frase o una escena: la dejo venir, me siento a escribir, y he
aquí la inspiración: directamente toda la obra fluye como el agua de una
fuente, es Lo Superior que dicta todo lo que creamos.

8 – ¿Al escribir, pensás en el lector?

La verdad es que sí, pero un lector que es como un espejo de mí como lector: siempre escribo lo que a mí me gustaría leer, o con el estilo que yo admiro. Es como si me pusiera en un papel de lector universal: confío en que lo que a mí me gusta leer, le gusta a mucha gente. Con respecto a mis escritos técnicos, astrológicos o psicológicos, siempre escribo cosas que no están claras para la gran mayoría de la gente, es como que escribiendo, me las aclaro para mí mismo también.

¡Muchas gracias!

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