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“El default de 1890 fue el más grande del mundo”

El ex director del INTI, ingeniero e historiador Israel Lotersztain, habla sobre su libro Los bancos se roban con firmas. Corrupción y crisis en 1890, donde compara la crisis de 2001 con el default declarado a fines del siglo XIX por el gobierno de Juárez Celman
JONATHAN RIPPEL

Lotersztain cuenta en su nueva obra que durante fines del siglo XIX y principios del XX la Argentina estuvo técnicamente en default por dieciséis años y tardó catorce en poder volver a colocar títulos de deuda en el mercado internacional.
El ingeniero e historiador por eso afirma que “la crisis de 1890 fue la más grande del mercado internacional.
O sea, nunca hubo un default de esa magnitud en ningún país del mundo: estamos hablando de 200 millones de libras esterlinas de esa época y de una nación con sólo 3 millones y medio de habitantes.
Si relacionás esa cifra con la cantidad de habitantes que tenemos hoy e indexás la moneda, te da un número tan fenomenal que te caés de espalda. Calculo que sería equivalente a más de u$s500 mil millones actuales”, señala Lotersztain.
–¿Cómo se llegó a la crisis de 1890?
–Los historiadores económicos difieren al respecto. Había habido crisis anteriores, pero nada que ver con la de 1890, que superó en más de veinte veces a la que ocurrió durante la gestión de Avellaneda.
Las otras crisis tuvieron que ver con Europa, que dejó de comprar y de renovar los créditos. La Argentina era un país muy ligado al comercio internacional y si te dejaban de comprar o de renovar los créditos estabas en problemas.Pero la crisis de 1890, por su magnitud, y porque no estuvo relacionada con la economía internacional, es la que llama la atención.
Tuvo varios factores: déficit fiscal de 50% de presupuesto; acumulación de deuda externa fabulosa de 200 millones de libras esterlinas, que serían u$s500 mil millones actuales, y el hecho de que en cuatro años haya multiplicado la emisión monetaria por siete.
–¿No fue la corrupción uno de los factores fundamentales que provocó la crisis de 1890?
–No es que los negociados provocaron la crisis, sino que causaron una política económica.
Juárez Celman, al asumir, dice: “Tenemos que ser muy cuidadosos con los préstamos externos por el peligro que implica el aumento de la deuda externa, que ya es alta”, pero luego la multiplica por siete. “Hay que limitar la emisión monetaria al máximo, mantenernos estrictamente dentro de lo que fija la Ley de Bancos Garantidos”, señaló también Celman, pero cuando él llega hay $80 millones en circulante y, cuatro años después, $250 millones en circulante, más otras cuasi monedas.
Si él entiende los peligros de determinadas políticas crediticias pero luego las aplica, y uno comprueba que éstas eran justamente las que le convenían a él, a sus amigos y a los grandes terratenientes de la Pampa Húmeda, uno piensa que ese señor aplicó me medidas económicas que tenían que terminar en una catástrofe.
–¿Por qué en “Los bancos se roban con firmas?” le da tanta importancia a la figura de Juárez Celman, un personaje prácticamente olvidado por la historia oficial?
–Salvo Rosas y Perón, sólo Celman tuvo todo el poder: no había un solo gobernador que no respondiera estrictamente al PAN (Partido Autonomista Nacional), que era su partido. De los 28 senadores que había entonces sólo dos eran opositores. Celman lo “mandaba a pasear” nada más y nada menos que a su concuñado Julio Roca. Y tanto poder lo logró aquél en muy poco tiempo.
–¿Cómo consiguió acumular poder en tan breve período?
–Porque trajo mucha plata. Lo que le prestaron a la Argentina durante su gobierno es igual a la mitad de los préstamos externos de la Bolsa de Londres de entonces.
¡Era una locura! Hay un personaje de una obra de Oscar Wilde que dice que está haciendo negocios con títulos argentinos. Pensá que en 1889 en la Argentina vivían 3 millones de habitantes, pero llegaron del exterior 250 mil personas.
Si los europeos se mataban por comprar los títulos argentinos por algo era. Si se mataban por hacer un ferrocarril, lo que era un lujo? Los ferrocarriles cruzaban El Impenetrable en el Chaco: iban de ningún lado a ninguna parte. El despelote de la red ferroviaria que hoy todavía heredamos se planificó en ese momento.
Había gente que estaba ganando mucha plata con estos negocios. Y esto dura, como pasó en 2001 y como les pasa a los griegos, hasta que alguien se pregunta si podrán pagar las deudas.
–Usted sostiene que Roca es el político más inteligente y exitoso de la historia argentina. ¿Se puede hablar de éxito para quien llevó adelante la Campaña del Desierto y dejó una deuda pública de unos 150 millones de pesos oro?
–Pará, pará, pará: fijate los términos.
Era un gran hijo de?, pero estoy hablando de “inteligente y exitoso”. Del ’80 al ’86 la Argentina progresó muchísimo con la ley 1.420 de educación, y con el matrimonio civil y, durante su segunda presidencia, el país, de casi importar trigo, pasó a ser una gran potencia exportadora en el mundo.
Por eso Roca fue reelegido dos veces y, además, al sistema presidencialista, que sigue vigente, lo puso él.
–¿Se pueden comparar los negociados de los bancos de 2001 con los de 1890?
–No son iguales, pero en los dos casos hay características comunes: endeudamiento enloquecido, que los que pagan el pato son los depositantes locales y los bonistas de afuera y la actuación no transparente de varios banqueros.
Me pasé mirando innumerables nombres de créditos y de depositantes en los balances de fines de siglo XIX. El 18% de éstos eran argentinos. Los “embocaron” a los pobres italianos, franceses y? todos laburantes que metían guita en los bancos mientras que unos desgraciados se llevaban los créditos. El Banco Nacional, que fue el más grande, después del negociado, sólo devolvió un 13% devaluado y sin intereses.
–¿Cómo ve la situación económica actual?
–Lo único que diría, como historiador, es: “Por favor, las cosas no duran para siempre”. Es decir, la oligarquía argentina, que de alguna manera gobernó a la Argentina, ejerció el poder con la idea de que el mundo nos iba a comprar la carne y el trigo, que nos necesitaba desesperadamente.
No sólo la oligarquía: Perón también lo creyó. ¿Por qué creció tanto la Argentina en 1899? Porque entonces era muy fácil crecer: simplemente tenías que expandir la frontera. La Argentina promisoria que en 1910 se creía que nos iban a tener que seguir comprando trigo, etcétera, en algún momento cambió y la mano vino mal. Se encontró una salida efímera con la sustitución de importaciones.
Entonces, como historiador, pido que se aproveche el buen momento para prepararse para el futuro, para el mundo que viene: el de los servicios. Soy ingeniero y es perfectamente imaginable un mundo en el que la industria sea totalmente robotizada. ¿Cuánto falta? Veinte o treinta años. ¿Sabés cuántos obreros industriales quedan en el mundo? 200 millones.
La revolución proletaria de Marx no se puede hacer por falta de proletarios. Y cada día van a haber menos. El desafío es cómo se va a situar la Argentina en ese mundo.
PERFIL
EL INGENIO DE LA HISTORIA
Lotersztain fue investigador aplicado y director del INTI, posee un título en física y dictó varios años esa materia como profesor en la Facultad de Ingeniería de la UBA. Se desempeñó posteriormente y continúa hasta la fecha su actividad como empresario en emprendimientos de construcción, comerciales y financieros.
En 2006 completó una maestría en historia en la Universidad Torcuato Di Tella.
Para Lotersztain, en 20 o 30 años toda la industria estará robotizada.

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